En España se realizan más de 40 millones de pruebas de imagen al año de las cuales más del 45% son radiografías, el 18% son tomografía computarizada (TC o TAC), otro 18% son ecografías, el 9% son resonancias magnéticas (RM), el 5% son mamografías y el 5% restante son otras pruebas de imagen médica.
Es una realidad que las decisiones médicas se toman cada vez con mayor frecuencia basándose en pruebas radiológicas, teniendo la imagen médica un papel determinante en el diagnóstico, seguimiento y tratamiento del paciente.
Además, cada vez existen más medios radiológicos que son dedicados de manera exclusiva a la atención del enfermo urgente y por tanto está aumentando el número de radiólogos con una dedicación preferente a este tipo de enfermos.
Este mayor uso de las pruebas de imagen conlleva la necesidad, cada vez mayor, en España, de médicos especialistas en radiología y de técnicos de imagen. Según la Sociedad Española de Radiología Médica en estos momentos las plantillas de radiólogos son entre el 15 y el 20% inferiores a las necesidades reales y este déficit continuará aumentando.
El problema radica en que en su momento hubo una insuficiente planificación del recambio profesional que se ha juntado con el incremento de la demanda.
La solución está en formar un mayor número de médicos radiólogos pero esta es una solución a medio y largo plazo. Hasta entonces la única posibilidad para reducir el déficit de especialistas es traerlos de terceros países. Y, para que estos médicos puedan ejercer su especialidad, se necesita una implicación a nivel político que agilice los engorrosos procesos de homologación de la especialidad médica, al igual que ya se hizo con la homologación de títulos universitarios a finales de 2022.
Alberto Romero
Director GMR Spain